Eclosionar huevos es una experiencia gratificante, que requiere un buen
planeamiento, dedicación, flexibilidad y mucha observación. Los huevos
de gallina tienen un período de incubación de 21 días y pueden
eclosionarse en una incubadora especial bajo condiciones bien
monitoreadas, o usando una gallina clueca.
Nos juntamos todos en el hall para colocar en la incubadora los huevos de gallina que nos han traído algunas de nuestras alumnas.
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Lucía Espada, Irene Ruiz y Lucía López. |
Vemos que hay diferentes tamaños de huevos dependiendo de si la gallina ponedora es primeriza o no.
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Huevos pequeñitísimos y huevos grandotes. |
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Añadimos agua. |
Aprendemos que para que la gallina pueda incubar los huevos su
temperatura corporal sube notablemente como si tuviera fiebre al mismo
tiempo que la gallina suda, transmitiendo al huevo el calor y la humedad
ideonea para que se desarrolle el pollito.
Por este motivo la incubadora posee un
motorcillo que a la vez que calienta el agua también va moviendo las
tablillas de rejillas donde se alojan los huevos haciendo que estos
vayan girando lentamente imitando el movimiento que tienen los huevos cuando son incubados por la gallina.
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Colocamos los huevos. |
Los huevos viejos o huevos enfriados no valen, para ello es necesario incubar huevos frescos, recién puestos por la gallina.
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Calendario donde anotaremos los 21 días. |
Ya sólo nos queda esperar e ir marcando los días hasta llegar a 21, a la vez que vamos viendo día a día en clase, y con la ayuda de unas láminas, los diversos procesos que experimenta el huevo en su interior.
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